¿Te preocupa la seguridad de tu empresa? ¿Quieres cumplir con las normativas y regulaciones y garantizar la privacidad y la protección de los datos de tus clientes? ¿Crees en la importancia de gestionar de forma adecuada los riesgos a los que se enfrenta tu empresa?
Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, pero no sabes muy bien por dónde empezar, este post te interesa.
La mayoría de las empresas, de menor o mayor tamaño, hacen uso frecuente de la conexión a Internet, enfrentándose a nuevas y más sofisticadas amenazas cada día. Gestionar los riesgos que se plantean y cumplir con los requisitos legislativos puede ser una tarea complicada si no se enfoca correctamente.
Para ayudar a las empresas a gestionar y controlar estos aspectos, surge el modelo GRC.
GRC son las siglas de «Governance, Risk Management and Compliance» que en español se traduce como «Gobierno, Gestión de Riesgos y Cumplimiento». Este modelo consiste en la gestión y coordinación de estos tres aspectos para garantizar, de forma eficiente, el funcionamiento y cumplimiento normativo de las empresas, reduciendo los riesgos a los que se enfrenta.
En la actualidad, existen herramientas de software diseñadas para ayudar a las empresas a implementar y gestionar de manera más efectiva un modelo de gobierno, gestión de riesgos y cumplimiento.
Estas herramientas ofrecen gran variedad de funcionalidades, entre ellas:
En el mercado, se pueden encontrar diferentes proveedores de software GRC, es importante elegir el adecuado para cada empresa en función de sus necesidades, tamaño y las regulaciones que aplican a su sector.
Como hemos visto hasta ahora, implantar un modelo GRC aporta una gran cantidad de beneficios.
En primer lugar, un modelo GRC aporta a las empresas una mayor eficiencia en cuanto a la gestión de riesgos. Permite identificar, evaluar y gestionar los riesgos a los que la empresa está expuesta de una forma más efectiva, minimizando el impacto que puedan suponer.
Además, ayuda a asegurar una cuestión tan importante como el cumplimiento de las regulaciones y normativas, evitando así sanciones legales y protegiendo la reputación de la empresa.
Gracias a la implantación de políticas y procedimientos que un modelo GRC implica, se pueden optimizar los procesos dentro de la organización, implicando una mayor eficiencia en los flujos de trabajo y, por tanto, un ahorro de costes.
De la misma manera, una visión estructurada favorece la toma de decisiones en la empresa y ayuda a gestionar de manera más adecuada los recursos disponibles.
Sin olvidar que, seguir un modelo GRC en la empresa, puede mejorar la imagen de la misma, ya que se traduce como una cultura empresarial ética y responsable. Esto implica que la empresa consiga una mejora de la reputación frente a los clientes, empleados, proveedores, etc.
Las empresas se enfrentan día a día a nuevos desafíos, ciberamenazas, cumplimiento normativo y otras incertidumbres empresariales. Implementar un modelo GRC puede ayudar a las empresas a abordar estos retos de una forma más eficiente y estructurada. Mediante la implementación de una herramienta GRC adecuada, las empresas pueden garantizar la protección de sus intereses y los de sus clientes, fortaleciendo su posición en el mercado.